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Comunicados de Prensa

¿Afecta a los pollos de gorrión molinero el crecer en un ambiente ruidoso o urbano?

La contaminación acústica está presente en casi cualquier sitio e incluye, entre otros, el tráfico (tanto terrestre, como aéreo o marítimo), las actividades industriales o actividades recreativas. Existen pocos rincones que escapen a este contaminante invisible. Además de los humanos, el resto de los animales que viven bajo la influencia de la acción humana también han de enfrentarse al ruido, especialmente aquellos que utilizan el sonido como principal vía de comunicación, como es el caso de las aves.

Se sabe que el ruido es capaz de alterar el comportamiento de las aves: desde la modificación de la frecuencia del canto hasta la alteración de sus patrones de actividad. Sin embargo, anterior a todo eso, el ruido interacciona primariamente con nuestra fisiología, alterando la secreción de glucocorticoides o generando daño oxidativo en las células del organismo. Cuando la exposición a agentes estresantes como el ruido se hace crónica, la salud de los individuos puede verse comprometida.

Uno de los ruidos más potentes y molestos que existen es el generado por los aeropuertos, llegando a superar los 110 decibelios. Se sabe que las aves que viven cerca del aeropuerto cambian sus horarios de canto para evitar el ruido de los aviones e incluso aumentan la vigilancia en detrimento de su alimentación. Sin embargo, se sabe muy poco sobre cómo es el estado fisiológico y físico de los individuos que nacen y crecen bajo la influencia de los aviones. En este estudio, comparamos la condición corporal, la concentración de corticosterona y estado oxidativo de tres subpoblaciones de pollos de gorrión molinero (Passer montanus) localizadas en tres áreas diferentes: una zona rural adyacente al río Jarama, la misma zona rural adyacente al aeropuerto de Barajas y una zona urbana situada en la ciudad de Madrid.

Los resultados del estudio mostraron que los gorriones que crecieron cerca del aeropuerto no diferían en su condición corporal ni fisiológica respecto a aquellos que se desarrollaban en la zona rural. Es más, mostraron niveles de antioxidantes más altos. En contraposición, los gorriones de la ciudad mostraron peor condición física y unos niveles mucho más bajos de antioxidantes. La gran abundancia y variedad de contaminantes en las ciudades, así como una dieta de baja calidad podrían estar detrás de estos resultados.

Nuestro trabajo sugiere que la exposición a diferentes contaminantes y el empobrecimiento del hábitat, como en el caso de las ciudades, ejercen una influencia más negativa en los pollos de gorrión molinero. Las aves del aeropuerto, expuestas principalmente al ruido aéreo no se diferenciaban de sus compañeros rurales. Puede ser que el tipo de ruido (gradual e intermitente en el caso de los aviones) y la ausencia de otros agentes estresantes, así como una mejor calidad en la dieta permitiesen a los gorriones del aeropuerto crecer sin comprometer su salud. Para poder desentrañar las relaciones entre el ruido y su influencia en los organismos es necesario expandir este tipo de estudios a más aeropuertos, replicarlo e incluso hacer una aproximación experimental.

Esperamos que nuestro estudio sirva como motivación para seguir adentrándonos en las relaciones de los paisajes antrópicos y sus habitantes.

 

Imágenes

  • Gorrión molinero
  • Gorrión molinero descubriendo el mundo que le ha tocado vivir